Capuchino, una aventura para aprender del cuidado de la vida

En tercero, el descubrimiento de la vida se convierte en una aventura constante. Cada ser vivo que observamos nos enseña sobre las relaciones que nos conectan con la naturaleza y con nosotros mismos. Este semestre, la llegada de Capuchino, un pequeño conejo, ha sido una sorpresa que nos invita a cuidar y entender a los seres que nos rodean.

A través de su comportamiento, necesidades y crecimiento, los niños y niñas de tercero no sólo observan la vida, la viven. El registro de su peso y tamaño abrió las puertas a un abordaje matemático, transformando cada medición en una experiencia significativa. Un proceso que fortaleció nuestro hacer colectivo, aprendiendo a organizarnos y a distribuir tareas, porque cuidar de otro ser es también aprender a cuidarnos como comunidad y como naturaleza, en nuestra mutua existencia.

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