Recientemente hemos sido testigos, con profundo dolor y tristeza, del devastador avance de los incendios forestales que consumen los cerros de Bogotá y otras regiones del país, amenazando a esas criaturas que han sabido poblar la imaginación de nuestras niñas y niños, inspirando historias que se mezclan entre los límites de la realidad y la fantasía.
Los frailejones, seres casi míticos que han compartido su mágica existencia en las excursiones en los páramos, se han convertido en símbolos de la emergencia, una tragedia que toca no solo a las comunidades, sino también a todos los seres vivos con los que hemos tenido la posibilidad de compartir el territorio, nuestros compañeros de vida.
Los cerros orientales, guardianes de los recursos hídricos, se erigen como el telón de fondo de la ciudad, pero también como el escenario de una riqueza natural que trasciende las necesidades humanas, no sólo se trata de nosotros, los cerros han abrazado a esos compañeros de vida y hoy es el momento no sólo de recordarlos sino de honrarlos como los verdaderos protectores de nuestros ecosistemas.
Desde la perspectiva única del Liceo, donde el entorno natural es el lienzo de nuestro proyecto pedagógico, las excursiones se revelan como un escenario donde la conciencia se despierta ante las bondades de la naturaleza. En medio de esta crisis, se nos plantea una oportunidad de explorar las causas profundas del cambio climático, no solo a nivel local, sino como un fenómeno que afecta al mundo entero.
Creemos que estos incendios, si bien lamentables, son también un llamado para repensar la reforestación del territorio con una mirada a largo plazo y cambiar radicalmente nuestra relación con aquello que nos rodea. Es este un desafío que trasciende las generaciones y nos exige repensar las prácticas que han guiado nuestras interacciones con el entorno, visibilizar la flora nativa y afrontar el reto climático con las herramientas que nos ofrece el territorio.
Por último, insistimos en la convicción de que es necesario y urgente transformar nuestra visión sobre los recursos, dejando atrás la noción de propiedad exclusiva de la especie humana. Como institución educativa, abrazamos la tarea de reconstruir nuestra relación con la naturaleza, reconociéndonos como una parte más de una extensa y compleja red de vida en el territorio. Nuestra cotidianidad se convierte en un escenario de responsabilidad ambiental, donde cada gesto contribuye a la construcción de un futuro en el que la gratitud por la diversidad y la abundancia de la naturaleza sea la guía de nuestras acciones.
1 comentario en “Incendios forestales: repensar y transformar la relación con el territorio”
Inspirador, gracias por dar a nuestros hijos esa conciencia por el otro y también ese otro de la naturaleza.