En la actualidad, las sociedades se rigen por una variedad de estructuras, como sistemas políticos que pueden ir desde democracias hasta regímenes autoritarios; sistemas económicos que determinan cómo se producen, distribuyen y consumen los bienes y servicios; y sistemas jurídicos encargados de establecer las leyes. Todas estas organizaciones son diferentes en todo el mundo, pero funcionan de manera similar. Sin embargo, ¿qué pasaría si lo que hoy se conoce como gobierno o so-ciedad organizada no existiera? Esta fue la situación hipotética que plantearon diferentes filósofos para evaluar cómo sería la sociedad sin estas estructuras. Una de las teorías más importantes sobre este problema fue la que planteó el filósofo inglés John Locke en su obra Dos Tratados sobre el Gobierno Civil.
En este libro propone que el estado de naturaleza es un estado de perfecta libertad en el que cada individuo puede ordenar sus acciones, disponer de posesiones, recibir un juicio oportuno y no debe depender de la voluntad de otro hombre, siempre y cuando no se viole la Ley natural que establece “no a la autodestrucción y no a la destrucción” (p.10).
Es también un estado de igualdad en el que todo poder y jurisdicción son recíprocos donde nadie disfruta en mayor medida que los demás (página 10). Sin embargo, a pesar de ser un estado de libertad, no es un estado de licencia debido a que nadie tiene derecho a atentar contra los derechos del otro a menos de que sea para defender los propios. En caso de que esto no se cumpla, cualquier persona tiene el derecho de castigar a quien comete la falta pues todos deben hacer que la Ley natural se cumpla así esto implique pasar sobre los derechos de alguien debido a que en el momento en que se incumple dicha ley, se pierden todos los derechos: “ Quien derrame la sangre de un hombre está sujeto a que otro hombre derrame la suya” (p.17).
También existe el derecho a la propiedad porque los individuos tienen derecho a controlar su trabajo y los recursos que obtienen a partir de este. Para Locke, la propiedad es la mezcla de un recurso natural con el trabajo y es un incentivo de las personas para seguir produciendo.
Si bien esta imagen de una sociedad en estado natural parece coherente y presenta ideas excelentes para consolidar una buena convivencia entre individuos a través del acuerdo y el contrato en lugar del gobierno y las relaciones de poder, desde un punto de vista más “realista”, se puede considerar que es una utopía. Dado cómo funcionan las sociedades contemporáneas y la forma de actuar de quienes las conforman, la implementación de esta idea parece poco probable.
El estado de naturaleza es insostenible por varias razones. Una de las principales es que no existirían leyes o juicios imparciales para resolver los conflictos que puedan surgir entre los individuos, lo que puede llevar a la violencia y al caos. Además, al no haber una entidad que garantice la protección de los derechos, los más débiles estarían en desventaja, ya que no tendrían una forma de defenderse contra aquellos que son más fuertes o poderosos. Por otra parte, un factor importante es la escasez de recursos, ya que al ser limitados, no son algo a lo que todos tengan acceso. Esto puede ser causa de competencia y generar conflictos pues es necesario que exista alguien que se encargue de distribuir de manera justa estos bienes.
Es a raíz de estas problemáticas que surgen el gobierno y los sistemas de organización social pues es esencial que cada sociedad cuente con personal encargado de garantizar el cumplimiento de derechos y deberes de las personas y la seguridad de todos por igual.
La ausencia de ley natural en el estado de guerra: ¿Es el gobierno una solución?
En el estado de naturaleza también existe el estado de guerra que es la condición de los seres humanos en la que se encuentran en conflicto constante debido a la ausencia de autoridad que garantice el cumplimiento de la Ley natural. Nuevamente los individuos luchan por sus propias vidas, libertades y propiedades. Para Locke es “el estado de enemistad y destrucción” (p.22).
En el estado de guerra desaparece la ley natural, es decir que los individuos pierden sus derechos porque “los hombres no se guían por la ley común de la razón y no tienen más regla que la fuerza y la violencia” (p.23). Por ende, todos pueden ser tratados de cualquier manera sin dar importancia a sus derechos.
Es por esto que cualquiera tiene la posibilidad de “cobrar justicia por mano propia” cuando alguien haya atentado en contra de su libertad, sin embargo el derecho a la defensa no debe extenderse a la venganza o a la represalia excesiva.
Este estado de guerra no debe ser confundido con el estado de naturaleza pues son varias las diferencias; mientras que el estado de naturaleza es un estado de “paz, buena voluntad, asistencia mutua y conservación”, el estado de guerra es un estado de enemistad, malicia, violencia y mutua destrucción (p.24). En este estado, la sociedad permanece en continua destrucción y la única solución que hay para esto es la creación del gobierno, sin embargo esta es una so-lución a largo plazo y no es definitiva, pues el conflicto continuaría a pesar de que haya un encargado de garantizar el orden. Esto debido a que el hombre siempre va a buscar su propio beneficio sin importar lo que pase.
En lo personal, pienso que si bien es una idea un tanto violenta y destructiva, el estado de guerra se acerca mucho a la realidad de la sociedad en la que vivimos.
Es algo en lo que la sociedad debe seguir trabajando.Si bien existen gobiernos y entidades que se supone deben garantizar el bienestar y seguridad de las personas, sigue habiendo guerras y la autodestrucción de la raza humana es algo que no sólo prevalece sino que parece incrementar con el paso del tiempo.
Mariana Acero, 11°A
Obra citada: Dos Tratados sobre el Gobierno Civil John Locke. Tecnos, 2006.