Manos que crean, corazones que agradecen

Una celebración del amor y el oficio manual en el Día de la Madre

En estos días, los salones de preescolar y primaria del Liceo se han llenado de colores, texturas y silencios atentos. Las mesas se poblaron de hilos, tintas, papeles, agujas, pinturas y lanas. Pero, más allá de los materiales, lo que realmente llenó el ambiente fue la intención: crear con sus propias manos un regalo para mamá.

Lejos de buscar un objeto perfecto, esta actividad nos recordó la belleza del proceso. Cada trazo, cada puntada, cada pliegue fue una forma de pensar en ella, de imaginar su sonrisa al recibir algo hecho con dedicación, con tiempo, con amor. Ilustración, grabado, tejido, repujado, bordado… técnicas distintas para un mismo propósito: agradecer.

Durante varios días, los niños y niñas compartieron el aula convertida en taller. Y ese trabajo colectivo, ver a otros crear, equivocarse, corregir, inspirarse, fue también parte del aprendizaje. La exploración de materiales no sólo estimuló su creatividad y su motricidad fina; también les enseñó a observar con otros ojos, a valorar el detalle y a emocionarse con lo hecho a mano.

Sabemos que ningún regalo supera el abrazo de un hijo. Pero también sabemos que, cuando ese regalo viene de sus propias manos, se convierte en un puente entre lo que sienten y lo que aún no saben decir con palabras.

Feliz Día a todas las madres. En cada puntada, en cada trazo, va una pequeña parte de ese amor que ustedes siembran todos los días.

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