Cierre de proyecto - Primero B
Había una vez en el firmamento oscuro una luna que cantaba, cuando las estrellas la escuchaban se alegraban, cambiaban de colores, bailaban y recogían los sueños de los niños que vivían en el planeta de naturaleza y agua. Un día se juntaron y se hicieron tan grandes que formaron la constelación del país de los sueños, allí se creó un mundo mágico con muchos seres luminosos, ellos son alegres, divertidos, viajan por tierra, aire, agua y fuego, les gusta compartir la amistad, el amor y la tranquilidad, juegan, inspiran los pensamientos y se aventuran por el mar de mariposas, el bosque que guarda los sueños y el puente de las sombras, un lugar de misterio que une al país de los sueños con un reino totalmente diferente y contrario y que solo es posible ver al final del día cuando cae el sol.
Una tarde estos seres perseguían un colibrí que se fue volando hasta el fin del bosque, lo perdieron de vista y de repente todos se quedaron estupefactos y sintieron temor, asustados llamaron a las hadas para contarles que no estaban solos, que había algo más allá del país de los sueños, todos se llenaron de fuerza, valentía, confianza y decidieron ir a explorar este reino, sin imaginar el terror que los aguardaba.
Al atravesar el puente había oscuridad, caminaron hasta que se encontraron con unas criaturas malignas que parecían ser ellos mismos, los atraían con ilusiones de luz que les mostraba todo aquello que les gustaba para llevarlos al templo de las pesadillas y quitarles los sueños, allí los esperaba un guardián mítico de aspecto rojizo, escamas puntiagudas de fuego, garras y colmillos afilados, el dragón de las cenizas, que con sus llamas quemaba los sueños y los volvía pesadillas.
Los seres fueron encantados y encerrados, el dragón de las cenizas los amenazaba con su presencia, ellos empezaron a ascender con la fuerza que les daba la luz de su interior, su brillo se hacía cada vez más luminoso y así llamaron a las hadas, ellas acudieron en su ayuda y juntos empezaron a ver cómo el dragón se debilitaba y se desvanecía. Cuando regresó la calma recogieron sus cenizas y las llevaron al bosque de los sueños bajo la sombra de los árboles donde renació el dragón protector para cuidar el hogar de las estrellas y contar cada noche cuentos para que todos durmieran tranquilos.