Cierre de proyecto - Primero A
Había una vez un mar de colores donde vivían dragones que lanzaban fuego, un ave fénix que lo esparcía para embellecer el mar, también había pegasos que, junto con el hada del jardín, el duende cultivador y el mago vigilante sembraban plantas y flores. La reina, los príncipes y las princesas que allí vivían, cultivaban piedras preciosas que luego las frotaban para volverlas polvo y darle color al mar. Las sirenas con su encanto y su voz alegraban los días y las noches en este lugar.
De pronto, una noche fría y oscura el príncipe del hielo toco una planta con espinas, al caer una gota de su sangre el mar se congelo perdiendo sus colores. La espina con la que el príncipe se había pinchado cayó al mar y se convirtió en una terrible pesadilla que cubrió a todos los habitantes del mar, “el mar de colores había desaparecido”, ahora todo era seco y sin color, solo se veía arena. El ave fénix se asustó tanto con esta pesadilla que comenzó a moverse y con una de sus alas despertó a los dragones.
Los dragones se fueron despertando unos más asustados que otros, intentaban entender qué estaba pasando, entonces trataron de despertar a los demás y no lo lograron. De pronto un viento fuerte y mágico hizo que las olas se movieran tan rápido y tan fuerte que el príncipe del fuego se fue despertando, sintiéndose un poco confundido al comienzo, miró a los dragones y les hizo señas para que se acercaran a él, les dijo que hicieran una bola de fuego y el príncipe la cogió y la lanzo hacia arriba haciendo que el cielo se iluminara y así todos los habitantes se despertaran. La pesadilla terminó, y un bonito sueño comenzó lleno de colores por montón, con sabor a chocolate y turrón.