Perspectivas tuvo acceso a una serie de relatos e informes extraterrestres sobre el planeta Tierra y la especie humana elaborados desde diferentes puntos del Universo.
Compartimos con ustedes uno de estos reveladores hallazgos.
SN (#1006)
Número SN 1006, o nombre, aunque sigo sin entender el propósito humano de sentirse únicos, todos parecen un Narciso. Escribo con la esperanza de ser leído o analizado, por mi parte es una forma ajena de comunicarse. Vengo de una supernova que lleva mi mismo nombre, ubicada a millones de años luz de distancia, forma parte de un inestable sistema de 5 estrellas al que llamamos “El Cubo”. Durante siglos, he sido un observador de la vida y la evolución en mi entorno, allá soy lo que se podría considerar como un pensador, en términos humanos. Pero he venido a su mundo, frío, colorido y oscuro.
Debo decir que, en comparación con mi estrella, el Planeta Tierra es un pedazo de roca particular. De donde vengo, todo es caos y destrucción, las estrellas explotan constantemente, arrojando materia en todas las direcciones. La vida es difícil y la mayoría de la vida inteligente no sobrevive más que unos pocos años. No hay estructuras sociales muy complejas, solemos regirnos por simbiosis, y el constante ambiente desenfrenado no permite el sedentarismo, somos una sociedad basada en aprovechar la energía presente en nuestro sistema de estrellas. Pero aquí en la Tierra hay equilibrio, cosa que nunca antes había visto, parece que todo va a permanecer como está. El aire es ligero, la gravedad es débil y todo posee esencia. Pero en particular destaca un tipo de vida que es repetitiva en todos lados.
Físicamente, los “seres humanos”, como se les llama, son una clase singular. Tienen cuerpos escuálidos y frágiles, pieles delgadas y llevan objetos de color sobre su cuerpo. A diferencia de mi especie tienen una amplia gama de matices de piel y texturas, y sus rostros son únicos y variados en expresiones. Mientras que en mi estrella la vida es robusta, con pieles gruesas y pocas articulaciones debido a la fuerte gravedad; en la supernova es ciertamente difícil distinguirnos unos de otros, cosa que en la tierra parece ser fundamental, el individuo es esencial.
Lo que más me ha llamado la atención sobre los seres humanos es su conducta. Son una especie ciertamente social, sus relaciones son lo más importante, y suelen juntarse para llegar a objetivos comunes. Pero a pesar de esto, emergen conflictos, algunos desean imponer, en ocasiones un sinsentido. Por ejemplo, he notado que están divididos en diferentes grupos, según a lo que ellos llaman, “creencias religiosas”, aunque veo constantes contradicciones, ¿Cómo pueden todos creer en lo mismo y a la vez flagelarse? También existen “grupos políticos”, a menudo, estos grupos llevan una competencia de poder, que, en el intento de unificar y promover orden, resultan generando desgracia. No entiendo por qué unos viven en ventura y otros en miseria. En un principio pensé que todos querían favorecer al bien común, pero cada vez me daba más inquietud su comportamiento, tanto con sus pares como con el resto de las especies. Hay espacio para todos, no comprendo el desprecio y la humillación hacia la vida que no consideran inteligente. Es como si les repugnara su presencia, pero ellos no hacen nada malo, creo que podrían aprender de la simbiosis de mi estrella.
Luego de visitar diversos lugares, noté una gran sensación de unificación, cada lugar es particular, pero hay algo que todos tienen en común, no encuentro cómo describirlo. Mi experiencia en la Tierra hasta ahora me ha hecho reflexionar sobre mi propio entorno ¿Qué podemos aprender de la capacidad de unificar? ¿Cómo podemos crear un equilibrio y una armonía en nuestro propio mundo ardiente y caótico?
Alejandro Villamil, 11°B Promoción 2023