“Qué queríamos decir” – Obra La Siempreviva

Este pequeño escrito recoge las experiencias de siete estudiantes que se animaron a experimentar y crear a partir de diversas inquietudes, usando como medio los lenguajes de expresión artística. Lo que en un inicio fue un proyecto de aula en el espacio de vocacionales, se convirtió en la posibilidad de sentir el entorno desde otras perspectivas, de conectarnos con nuestras historias, emociones y raíces, de preguntarnos cómo vemos el mundo, qué podemos decir de él y qué queremos decir de él. Es así como comienza el desarrollo del montaje teatral en grado décimo durante el año 2022.

El taller de teatro tiene varios frentes de trabajo que se van conectando con las inquietudes del grupo, el proceso inicia con un momento de experimentación en técnicas teatrales que entregan mayor seguridad y confianza a cada uno de los integrantes, y a su vez busca generar preguntas y espacios de diálogo. A este primer momento lo llamamos etapa preexpresiva. El objetivo de la etapa preexpresiva es que cada persona logre conectar con su ser interior, con las preguntas que surgen de manera cotidiana y se manifiestan en el espacio artístico teatral, interrogantes trascendentales o sencillos que en ocasiones nos atraviesan y nos entregan la necesidad de ser expresados. Después de estallar de preguntas e inquietudes, buscamos la manera de decirlas; es allí donde comienza la etapa expresiva, y con ella, una de las cosas más interesantes y maravillosas que suceden en el ámbito teatral del Liceo Juan Ramón Jiménez: la creación colectiva.

Para hablar de creación colectiva tenemos que hablar del maestro Enrique Buenaventura. Porque para Buenaventura el teatro es de todos y para todos, por lo tanto, una relación democrática entre directores y actores es necesaria para enriquecer la puesta en escena. Es así como en esta propuesta se desdibuja la jerarquía del director, que pasa a ser un miembro más del equipo, y se opta por un proceso creativo a partir de la experimentación e intervención de cada uno de los integrantes del montaje. “Buenaventura plantea una colectivización del oficio, reconoce la importancia para la institución de que otros integrantes se comprometan con las dificultades y responsabilidades de los nuevos procesos” (p.5). La creación colectiva en el proceso teatral de los estudiantes fue fundamental para comenzar a despejar dudas o generar más preguntas respecto a las historias que nos configuran como personas y como sociedad, lo que permitió dar paso al desarrollo y creación escénica pero, además, nos puso la pregunta: ¿qué es lo que queremos decir como grupo? De allí la elección de la obra teatral La Siempreviva, del dramaturgo Miguel Torres.

Cuando leímos por primera vez La Siempreviva pensamos en Colombia, y en lo que implica ser colombiano; somos personas cargadas de diversidad, sonidos, climas, lugares, raíces, familias, historias… Y entre esas historias, la guerra. La guerra es un tema que históricamente nos atraviesa, pero que además ha sido censurado, desde hace poco podemos hablar de la guerra, sin embargo, no es un tema que se aborde en todos los contextos, en el grupo incluso pensamos que al intentar silenciarlo podemos ser aún más violentos. Teníamos muchas inquietudes con eso de pretender que “lo pasado pisado” y que a nosotros no nos tocó. Y comenzamos a pararnos desde la otra esquina, porque, aunque hubo guerra, también estamos construyendo paz. En sintonía con otras áreas como sociales, los énfasis, y alineados con la propuesta del Liceo que nos invita al pensamiento crítico y argumentativo, aparte de responder a nuestros interrogantes iniciales, comenzamos el proceso de creación escénica pensando en la paz y la memoria.

Queríamos, como lo indica Buenaventura en su método de creación colectiva, tomar un lenguaje universal como lo es el teatro y enlazarlo con la historia colombiana, pero, además, y con nuestra necesidad de contar lo incontable, con la intención de contribuir a la paz y memoria en nuestro país. “Como artistas creadores y para echar las bases de una dramaturgia nacional era indispensable ligarnos a la historia de nuestro país, indagar con nuestro trabajo la problemática nacional hasta sus causas y sus implicaciones universales” (pág. 6).

Para conocer más de cerca la problemática de la obra de teatro elegida y realizar la adaptación al contexto educativo, realizamos una investigación sobre los hechos ocurridos el 6 de noviembre de 1985 en el palacio de justicia, sus implicaciones a nivel nacional y mundial, nos organizamos para conocer las historias de los desaparecidos y sus familias, observamos la cotidianidad en una Colombia que no conocíamos y de la que no fuimos partícipes; encontramos historias en nuestras familias respecto a cómo habían presenciado ese momento histórico y nos pusimos manos a la obra con la creación de personajes.

Se realizó la adaptación del guión original con el fin de crear una puesta en escena más corta, con menos personajes y sobre todo buscando un lenguaje propicio para el público escolar. En el 2022 se hicieron tres funciones dentro del Liceo, que nos entregaron una primera experiencia frente al público, con comentarios agradables de nuestros pares y las interpretaciones amorosas de los docentes.

Y en el 2023 fuimos invitados al Festival de Teatro Agustín Nieto Caballero en el Gimnasio Moderno, donde tuvimos la oportunidad de generar diálogos alrededor del arte escénico, participar como público en otro contexto educativo y a recibir los comentarios desde diversas perspectivas y visiones de los otros invitados. Al estar expuestos a otros espacios y con otros grupos se generaron en los estudiantes diversas reflexiones, respecto a relacionarse y moverse en otros entornos.

A continuación, algunos de los comentarios de sus experiencias y aprendizajes.

En este artículo les compartimos muchas cosas de las que queríamos decir, seguramente se quedarán algunas por el camino, otras las expresaremos usando diferentes lenguajes, pero los invitamos a decirlo todo y buscar la manera de ser escuchados.

Estudiantes de 11°